Aunque a veces estos dos conceptos se utilicen como sinónimos,  entre ambos existen claras diferencias. Cuando atendemos al concepto de medio didáctico nos referimos a cualquier material diseñado para su aplicación en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, cuando hablamos de recursos educativos nos referimos a cualquier herramienta, que aun sin haber sido diseñada para tal fin, se utiliza como apoyo pedagógico.

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No obstante, ambos pretenden facilitar el ejercicio didáctico. Además, tienen carácter multifuncional, es decir, con ellos podemos realizar diferentes funciones como informarnos, guían los aprendizajes, crean conocimiento, ejecutan habilidades, motivan, evalúan, proporcionan simulaciones y entornos para la expresión y creación…

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Después del uso de estos recursos, el docente deberá llevar a cabo una evaluación, mediante la observación, la medición y el juicio crítico, sobre la eficacia resultada durante la experiencia didáctica, valorando si se ha logrado alcanzar los objetivos y adaptarse a sus destinatarios. Esto es, evaluar las características de los materiales y la manera en la que se han empleado.

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Para una buena selección de los materiales didácticos, se han de considerar qué contenidos y objetivos perseguimos, las estrategias didácticas, las características de los estudiantes y el contexto.